La importancia de hacer un testamento para proteger el futuro de tu hijo o hija, especialmente si tiene una discapacidad o es una persona neurodiversa.
Hola, papás y mamás. Me llamo Maite. He sido oficial de notaría durante muchos años y he tenido la oportunidad de ver y acompañar muchas historias familiares muy diferentes, a las que he podido apoyar legal y testamentariamente
Pero también soy madre de peques con “discapacidad” (como lo llama el Estado) o “neurodiversos” (como prefiero decirlo yo), y vivo con la misma incertidumbre que puedes estar sintiendo tú. Esa inquietud profunda de preguntarnos qué pasará con nuestros hijos e hijas el día que ya no estemos.
Este post es difícil de escribir. Porque hablar de la muerte nunca es fácil. Menos aún cuando hablamos de la nuestra, y de lo que puede pasar con quienes más amamos.
Pero ¿cuándo es el momento adecuado para hacer un testamento? ¿Qué hay que poner? ¿Y si me equivoco?
Estas preguntas generan dudas, miedo, ansiedad… y acabamos postergándolo. Pensamos “ya lo haré más adelante”, pero ese “luego” se alarga y la vida sigue. Hasta que un día, ya no tenemos margen.
Yo misma he acompañado a madres que, por no haberlo hecho a tiempo, han visto cómo otras personas decidían sobre la vida de sus hijos sin tener en cuenta sus deseos ni sus necesidades.
De hecho, hace poco ayudé a una abuela que tuvo que luchar para ser tutora legal de su nieto con autismo. Su hija falleció de forma inesperada y nunca dejó por escrito quién quería que lo cuidara ni cómo debía usarse su pequeño patrimonio. La familia entró en conflicto. No solo fue doloroso emocionalmente; también fue jurídicamente muy complejo. Todo eso se habría evitado con un testamento claro, sencillo y hecho a tiempo.
¿Qué puedes hacer con un testamento si tu hijo o hija necesita apoyos?
Destinar más recursos económicos a ese hijo o hija que lo necesite, sin perjudicar a sus hermanos, si los hay.
Nombrar a una persona de confianza como tutor/a, que vele por su bienestar y tome decisiones por él o ella.
Designar un administrador patrimonial, para proteger su dinero y sus bienes, evitando abusos o malas gestiones.
Asegurar un hogar estable, por ejemplo, dejándole el derecho a vivir en la casa familiar mientras lo necesite.
Dar instrucciones claras: educación, tipo de cuidado, rutinas, centros, valores… todo lo que sea importante para ti.
Excluir a personas que no consideras adecuadas para ese rol. Y establecer mecanismos de supervisión.
No existe una “familia ideal”. Lo que existe es tu realidad:
Quizá tienes un hijo con tu expareja y otro con tu pareja actual. O vivís en pareja de hecho. O sois una familia reconstituida, monoparental, diversa…
Además, aspectos como la vecindad civil pueden cambiar radicalmente la forma de hacer testamento (no es igual en Madrid, Cataluña o Navarra).
Todo esto se puede ordenar. No hay un modelo único. Hay muchas formas de dejarlo bien hecho.
¿Y si me da miedo?
Te entiendo. A mí también me cuesta a veces pensar en ese momento. Pero hacer un testamento no es anticipar la muerte, sino proteger la vida de nuestros hijos cuando ya no podamos hacerlo en persona.
Es un gesto de amor. Es dejar tranquilidad. Es una forma de cuidar, incluso cuando no estemos.
Es una forma de decir:
🧡 “Aunque no esté, sigo cuidándote.”
🧡 “Aunque no pueda abrazarte, te dejo el camino más fácil.”
🧡 “Aunque no pueda decidir por ti, me aseguro de que estés bien acompañado/a.”
Eso, mamás y papás, es uno de los actos de amor más grandes que podemos hacer por nuestros hijos e hijas.
Así que no esperes al momento perfecto.
Créalo tú. Con calma. Con cariño. Con acompañamiento.
Y si no sabes por dónde empezar…
Estoy aquí, para ayudarte a hacerlo posible.
maite de miquel
Membre Junta TEA Vallès Oriental