Carpe Diem, un concepto que dejó por escrito Horacio en su libro de las Odas hace más de dos mil años y que podríamos resumir en aprovecha el día, disfruta el momento. Hoy en día, lo aplicamos a muchos ámbitos, incluido el ocio: sal, diviértete, disfruta la infancia, ve al parque a jugar, asiste a fiestas de cumpleaños, haz amigos… Luego llega la adolescencia: conoce nuevas personas, sal con ellas, aprovecha estos años y descubre el mundo. En la juventud adulta: estudia un grado medio, superior o ve a la universidad, consigue tu primer trabajo y no olvides viajar, solo o acompañado, salir con amigos y seguir disfrutando.
Suena bien, hasta que la neurodivergencia llama a tu puerta.
Para muchas personas autistas, el ocio no es tan accesible ni espontáneo como se suele esperar. Las actividades típicas pueden volverse desafiantes debido a factores como la sobrecarga sensorial, la necesidad de estructuras claras o la dificultad en la interacción social. Un parque ruidoso, una fiesta llena de estímulos impredecibles o una conversación en grupo pueden convertirse en fuentes de ansiedad en lugar de disfrute.
La falta de espacios adaptados es un problema real en todas las etapas de la vida. En la infancia, hay pocos parques diseñados con zonas sensorialmente amigables o actividades que contemplen diferentes formas de juego. En la adolescencia y adultez, los espacios de socialización suelen estar pensados para dinámicas convencionales, sin alternativas para quienes necesitan interacciones más pausadas o entornos menos invasivos.
El derecho al ocio debe ser inclusivo. No se trata solo de crear eventos especiales para personas autistas, sino de diseñar espacios y actividades accesibles para todos. Desde cines con ajustes sensoriales hasta lugares de ocio con zonas tranquilas, pasando por actividades organizadas con anticipación y flexibilidad, la sociedad aún tiene mucho por hacer para garantizar que el Carpe Diem sea una posibilidad real para todos, sin importar cómo experimenten el mundo.
Seguís dejando plasmado en palabras lo que muchas familias sentimos, gracias
Está claro que el ocio inclusivo es muy difícil de encontrar y es algo muy necesario para nuestro colectivo. Creo que es muy importante concienciar e informar al resto de la sociedad para que comprenda lo importante que es, y hacer que forme parte de la normalidad encontrar espacios y actividades adaptadas.
Totalmente de acuerdo, luego todos a colgar lazitos el 2 abril y el resto del año nos olvidamos.